¿Qué esperas cuando vas al Círculo Polar Ártico a ver auroras boreales?

Un viaje exclusivo fuera de masificaciones comerciales.

Sin ninguna duda el reclamo que más llama la atención en este destino son las Auroras Boreales, aquello que se hace esperar incluso desear bajo la incertidumbre de si aparecerán.

Desde luego, te aseguro que las Auroras no te dejan indiferente, te hacen querer más y esperar hasta que se diluyen dejándote maravillado.

Sin embargo, este destino es mucho más que eso…

Iniciamos el viaje aterrizando en Estocolmo para pasar la noche en un lugar inesperado y muy especial.

A la mañana siguiente tras un vuelo interno comenzamos nuestra aventura teniendo como objetivo el Parque Nacional de Abisko. El parque nacional más antiguo de Suecia y uno de los más antiguos de Europa; 77 km 2 situados al norte de la Laponia Sueca que destacan por su belleza.

En medio del bosque de abedules 

Las raquetas de nieve fueron nuestro soporte durante días de travesía en los que transitamos inmensos paisajes blancos acompañados de lágrimas de hielo y algunos antiguos poblados Samis que nos recuerdan cómo se vivía en tiempos inmemorables.

El frío no es tan intenso como nos imaginábamos 

El día de aclimatación

Atravesar lagos helados que parecen no tener fin transmite una paz que hace que no quieras abandonar el lugar; solo deseas poder detener el tiempo poder disfrutar de su inmensidad, en algún momento, incluso, sobrecogedora.

Cruzando el lago helado que nos llevará al refugio
Y qué decir de las tardes/noches en el refugio del Parque Natural de Abisko al pie del lago. Casi no hay palabras para describir la experiencia… Una total desconexión te invade viviendo el día a día al más estilo tradicional. Recoger agua del lago helado, aclimatar la estancia con leña o calentar agua en la sauna nos traslada a otros tiempos para recordarnos que con mucho menos se puede disfrutar igual o más.

Después de la sauna disfrutando de la inmensidad

Y para descansar de la jornada nada mejor que tomar una relajante sauna con vistas al paisaje y refrescarte al aire libre con nieve virgen. Todo esto sin olvidar la experiencia de la convivencia en grupo y un buen trabajo en equipo.

Estas son sólo algunas pinceladas de lo que allí nos podemos encontrar. Un viaje que sorprende, se disfruta y que, sin ninguna duda, deja huella.

Todos los años nanuk organiza anualmente un par de viajes exclusivos , cuando digo exclusivo me refiero a que los grupos son pequeños ( es una gozada viajar en «familia») y que incluso antes de volar nanuk te va regalando maravillosas sorpresas  que harán que los sentimientos durante todo el viaje estén a flor de piel.

Os dejo la información de los viajes:

Autora del relato y viajera: Laura Díez Mañero 