Montes Tatras.
La “pequeña alta montaña” a caballo entre Polonia y Eslovaquia.
4-9 de julio de 2018
Recuerdos de nuestro viaje. Sin duda, fue MUY ESPECIAL
Se planteó una actividad “a la carta” que, normalmente, requiere un día más de ruta. Adaptamos el itinerario a la disponibilidad del grupo y al entorno de “visita obligada” de los Montes TATRAS. El resultado: una aventura cargada de retos y emociones que disfrutamos y vivimos cada uno a su manera, pero que dejó una huella muy positiva en todo el grupo.
De los Tatras nos cautivó el entorno, unos bosques salvajes de pino y abedules tremendamente verdes con gran cantidad de agua en los ríos, los parajes de alta montaña en los que, normalmente, sólo vemos roca y líquenes, pero que también nos sorprendió con la visita de algunos rebecos que nos acompañaron durante parte de nuestra marcha.
Lugares casi intactos por el ser humano que únicamente hace un trabajo excepcional en el trazado y mantenimiento de los recorridos. La mayoría de estos tramos son especiales, apenas se cruza con gente y da la sensación de estar solos. En otros casos puntuales, cerca de restaurantes, hoteles o telecabinas, llegamos a sentir que había demasiada gente…, pero poco más adelante caminas y te das cuenta de que, lo que haces allí, realmente es especial.
Otra cosa que nos llamó la atención fue la gestión de las montañas. Concretamente, de los refugios en altura que no son abastecidos ni con helicópteros ni con animales de carga, lo hacen las personas. A día de hoy, los porteadores son reconocidos como trabajadores remunerados en Eslovaquia ya que cuenta con una amplia tradición como oficio e incluso se realizan carreras de porteadores que suben cargas, únicamente con sus piernas, inimaginables para la mayoría.
Los paisajes acompañan pero sin duda, lo que más llena en estas actividades, es que las personas se aventuren en unos retos en los que todo un cómputo de cosas resultan fundamentales. La preparación física junto con la técnica son muy importantes, pero no lo es todo, detrás de una ruta como esta hay un trabajo mental con uno mismo espectacular, un reto indiviual. Es eso lo que nos hace llegar a nuestro objetivo.
El ritmo, las paradas, la técnica de progresión, el uso adecuado de los bastones, la motivación, la superación, la alimentación e hidratación… Todo junto es una gestión complicada, pero que al final conseguimos ensamblar correctamente culminando un trekking que algunos ni siquiera se hubieran imaginado poder completar y que se deben sentir orgullosos de tal esfuerzo.
Nuestro prisma de observación y percepción cambia cuando nos esforzamos con algo y ¡CUIDADO! en la montaña este prisma puede ser muy adictivo. Es la puerta al disfrute de lo sencillo, lo silencioso, el valor de las pequeñas cosas y de las personas.
¿te apetece acompañarnos el próximo verano? te dejo el link con la información
Nos vemos, con toda seguridad, en la próxima.
Pablo Cuesta. Guía de montaña
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